Me acaba de ocurrir algo surreal. En estos tiempos de tecnología y de globalización en que vivimos, acabo de tener una experiencia totalmente castiza en un taxi. Me meto en un taxi para acercarme a casa en Madrid. El taxista está hablando por el móvil y está encargando un chorizo y un salchichón. Después escucha un rato y cambia de idea. Pues, no, prefiere un jamón, de pata negra. Dice que tiene que colgar porque tiene un cliente (ése soy yo). Cuelga el teléfono y me explica que su familia se ha bajado a Extremadura y por eso les ha encargado un jamón. En realidad, él prefiere el chorizo al jamón pero como se presenta en casa con un jamón de pata negra, su novia . . .
¿Su novia qué? Yo imaginaba que igual ella se enfadaría porque él ha gastado mucho dinero en una pata de jamón, con pezuña incluida. Pues, no. Su novia se vuelve loca porque para ella no hay nada como un buen jamón. ¿Un jamón? Ya decía yo que mis problemas con las españolas provenían de algo.
Yo le seguía el rollo y hablamos de mis teorías sobre el jamón y su poder soberano para unir a España. Después hablamos de butifarra, sobrasada, fuet y otros productos de nuestros amigos los puercos. El taxista tiene familia en Huelva, Extemadura y en Jaen. Acaba de comprar un coche nuevo y la semana que viene lo estrenará bajando a Huelva pasando por Jaen. Y ¿qué hará en Jaen? Visitar a su tía para que le regale un poco de aceite de oliva. Solo consume aceite de Jaen. Claro, yo le entiendo. Laura es de Úbeda (Patrimonio de la Humanidad) y su madre ma ha regalado un bote grande de aceite de su tierra. Yo lo que no sabía, según el taxista, es que el aceite se ha puesto carísimo. Me estaba detallando como habían subido los precios, pero justo en ese momento llegué yo a casa.
Al subir a casa, encendí el orenador para preparar unos documentos que tenía que mandar con cierta urgencia. Es que yo trabajo para que haya WiFi en todas partes. Pero a la vez, hay otra gente que solo quiere un jamón. Y aunque tienen preferencia por el salchichón (o son unos chorizos) reconocen el poderío del jamón.
Para terminar, Mayte (la mismísima que ha ganado el Premio al Mejor Compañero de la Semana esta semana por segunda vez) y yo hemos cambiado la estrofa de la canción clásica de Joan Manuel Serrat “Romance de Curro el Palmo” para demostar nuestra vocación por el WiFi:
“Barrio FON, sin ti no entiendo el flashear / Barrio FON, sin ti mi banda es ancha”
¡Que bonito! Aunque todos sabemos que Mayte se va al pueblo y nos trae jamón a todos. Como lo hace este puente, ganará seguro el premio por tercera vez.
Pingback: Grave Error » Jamón: What nobody wants to admit